El Secreto
El rumor del
viento se lo dijo…
Un presentimiento
oscuro rondaba su cabeza. Todos los días iban al colegio llamado La Paz.
Entre dunas
relucía majestuoso rodeado de casa en forma de huevo. Al otro lado de la
carretera polvorienta sobresalían las jaímas de colores.
En el desierto
del Sahara siempre se masticaba arena.
Salca le contó a
su mejor amiga que algo extraño estaba sucediendo en su familia. Tenía 15 años.
De tez morena y ojos brillantes. Una larga trenza adornaba su espalda. En su
mano derecha lucía un anillo de color turquesa que le había regalado su novio.
Un día llegó muy
triste a clase…
La anterior
noche, desde su pequeña y decorada habitación había escuchado un grito de pelea
que provenía del salón. Salca pensó que era de su padre, pero no lo tenía muy
claro. Bajó cuidadosamente las viejas, descuidadas y crujientes escaleras de
madera, con el corazón encogido por temor a ser descubierta. Cuando llegó a la
planta baja se situó detrás de la puerta, que tenía una cerradura por la cual Salca
observó la extraña escena. Vio como su padre levantaba furiosamente el puño,
con una expresión de ira en su rostro. Su madre estaba de espaldas. De repente
crujieron las escaleras y se fue rápidamente y asustada a su cuarto. Su padre
subió y comprobó que todo estaba bien, y con fuerza cerró la puerta de la
habitación de Salca, haciendo que retumbase por toda la casa. A la mañana
siguiente, Salca llegó preocupada al colegio por la imagen que se le había
quedado en la cabeza. Su mejor amiga Estrella, le preguntó por qué esa
tristeza, y Salca le contó que había visto una imagen horrorosa en la cuál su
padre intentaba pegar a su madre. Su amiga le contestó que se olvidase de eso,
pues seguro que su padre no le haría eso a su madre. Ese mismo día, al anochecer,
Salca escuchó otra vez a sus padres discutir, sobre irse del Sahara. Salca,
cada vez estaba más preocupada, y veía a su amiga Estrella muy triste. Un día
soleado, en el cual los niños y niñas iban al colegio desde sus casas o jaímas,
llegaron a los oídos de Salca unas muy malas noticias. Una de ellas, era que
Sergio, (el novio de Salca) quería a otra persona, y entonces Salca rompió a
llorar, y miró con furia el anillo que este le había regalado, y lo tiró con
desprecio a la arena. La otra, no era tan mala, y era que sus padres se querían
ir del Sahara, pero no sabían a dónde, se pelearon y se separaron. Su madre
llamó a la policía, y por los malos tratos del padre de Salca a su esposa, se
lo llevaron a la cárcel. Entonces, a Salca se le ocurrió que se podían ir su
madre, ella y Estrella a Norteamérica, exactamente a Los Ángeles, pero primero
se lo tenía que preguntar a Estrella, a los padres de esta y a su madre.
La respuesta a
sus preguntas fue un sí rotundo, pero con la condición de no separarse Salca y
Estrella. Emprendieron el viaje, y en Los Ángeles vivieron felices y como una
familia, y las dos amigas encontraron sus verdaderos novios, con los que con el
paso de los años, se casaron. Al final se quedaron allí a vivir, fueron felices
y comieron perdices.
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